¿Alguna vez has visto una sonrisa cuyos dientes se montan unos encima de los otros? Este fenómeno se da cuando se apiñan los dientes y no solo tiene un mal efecto estético, sino también en la salud.
A pesar de que existen diferentes grados de apiñamiento, todos ellos acarrean problemas como la aparición de caries. ¿Por qué razón ocurre esto? Porque la limpieza interdental de esas piezas es más difícil de llevar a cabo; existen recovecos a los cuales es imposible acceder con cepillo.
Causas de los dientes apiñados
Por lo general, cuando los dientes se montan unos encima de otros es porque les falta espacio y no les queda otra alternativa que ocupar el hueco que pertenece a otro diente.
Si bien hay factores genéticos imposibles de evitar, también hay malas costumbres que favorecen la aparición de este problema. Sobre todo, en el momento de desarrollo de un bebé como el uso de chupetes o biberones de forma prolongada, o el chuparse el dedo.
En cambio, las causas genéticas pueden ser dadas por:
- Mandíbula pequeña
- Dientes supernumerarios, es decir, la aparición de más de los 32 dientes habituales.
- Tamaño extraordinario de cada uno de los dientes
- Nacimiento inclinado y malposicionamiento de los incisivos
- Pérdida o ausencia de algún diente
A partir de los 6 años ya puede comenzarse a tratar esta patología para evitar problemas futuros y conseguir resultados de forma más rápida y menos invasiva.
Sobre todo, hay que tener en cuenta que cada paciente y tipo de apiñamiento es diferente. Por eso, es clave estudiar de forma personalizada cada caso y realizar las pruebas pertinentes, como radiografías.
Entonces, una vez analizada la posición real de los dientes, pueden darse distintas soluciones. La mayoría de los casos pueden arreglarse mediante un tratamiento de ortodoncia como el invisalign, pero en algunos casos extremos será necesaria la extracción de alguna pieza dental.
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